Efeso
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Efeso y la costa egeo
EFESO
La principal carretera que se dirige al sur desde Izmir conduce a Selcuk, a 94 km, que constituye punto de referencia de la mayoría de los viajeros que acuden a visitar Efeso por tierra. Los que vienen por mar llegan normalmente a Ku§adasí, a 19 km de Selcuk cruzando el delta del río Caister. Los restos de la ciudad medieval, llamada Ayasuluk, se encuentran en la colina que domina Selcuk, mientras que las ruinas clásicas se concentran 2 km más al suroeste, en el valle que separa Panayir Dagí y Bülbül Dagí, montañas llamadas Pión y Coressos por los griegos. El emplazamiento de Efeso ha cambiado varias veces en el transcurso de su larga historia. La topografía local también ha cambiado, ya que en la antigüedad el mar llegaba hasta el pie de la colina de Ayasuluk, mientras que ahora se encuentra a 6,5 km. El asentamiento jonio original, probablemente colonizado en el siglo X a.C. como muy tarde, se encontraba junto a la costa, al pie de la ladera norte de los montes Pión y Coressos. Cuando llegaron los jonios a este lugar, descubrieron que los pueblos indígenas rendían culto a una antigua deidad anatolia llamada Cibeles, y acabaron introduciéndola en el panteón griego combinando su culto con el de Artemisa, diosa griega de la fertilidad y hermana gemela de Apolo. Los efesios construyeron su primer templo de Artemisa en el mismo emplazamiento del santuario original de Cibeles, al pie de la colina de Ayasuluk. El colosal edicifio que se erigiría a continuación, el Artemisium, data de mediados del siglo vi a.C. Durante el reinado de Creso, el último y más famoso rey lidio, los efesios se vieron obligados a abandonar su puerto fortificado y trasladarse al interior, a un nuevo lugar cerca del Artemisium. Y a principios del siglo IV a.C. volvió a cambiarse el emplazamiento de la ciudad cuando, tras la muerte de Alejandro, Lisímaco volvió a fundarla en lo que entonces era la costa, donde se pueden ver todavía las ruinas de la ciudad grecorromana.
EL ARTEMISIUM
El Artemisium está al pie de la colina de Ayasuluk por el sur, a la derecha de la carretera que conduce al principal yacimiento arqueológico. El templo más antiguo de Artemisa descubierto en este lugar es un altar fechado hacia el 700 a.C. Posiblemente encerraba los objetos de culto de Cibele Artemisa, incluyendo su xoanon. Durante el siglo siguiente, los efesios rodearon este altar de un naiskos, reconstruido a mayor escala hacia el 600 a.C. El Artemisium arcaico fue comenzado hacia el año 560 a.C., probablemente después de la finalización del Heraeum de Sarrios. El cretense Quersifronte fue el arquitecto jefe, asistido por su hijo Metagenes y también por Teodoro de Samos, que aportó al proyecto la vasta experiencia que debió adquirir con el proyecto y construcción del Heraeum de Samos, que, como el Artemisium, fue erigido sobre un inmenso basamento que tuvo que ser rellenado con tierra procedente de los pantanos. El Artemisium arcaico, el primer templo construido enteramente de mármol, fue uno de los dos edificios más grandes del mundo griego, junto con su sucesor helenístico, el llamado «Artemisium final», erigido sobre los mismos cimientos con una estructura muy parecida.-El Artemisium arcaico recibe a veces el nombre de «Templo de Creso», ya que fue este rey lidio su principal benefactor. El Artemisium arcaico se conservó en pie durante dos siglos-y sobrevivió intacto a casi toda la ocupación persa de Asia Menor. Pero en 356 a.C. fue destruido por el incendio provocado por un loco, Herostrato, que quiso con ello inmortalizar su nombre. Los efesios se dispusieron inmediatamente a reconstruir el templo, proyecto cuya realización duró 120 años según las crónicas. Los arquitectos originales del Artemisium tardío fueron Peonio y Demetrio, ambos de Efeso, el último de ellos llamado «esclavo de Artemisa». Todavía se estaba reconstruyendo el Artemisium en 334 a.C. cuando Alejandro Magno pasó por Efeso al principio de su invasión de Asia. Cuando vio las ruinas parcialmente reconstruidas del templo, Alejandro se ofreció a cubrir los gastos de la reconstrucción completa, pero los efesios declinaron el ofrecimiento con elegancia, aduciendo que no era propio de un dios consagrar un templo a otro. Sin embargo, es indudable que Alejandro contribuyó generosamente a la reconstrucción del Artemisium, ya que designó a un arquitecto para supervisar el proyecto, un hombre del que nos han llegado diferentes nombres, como Queirócra-tes o Deinócrates. El Artemisium helenístico fue construido en la misma escala colosal de su antecesor arcaico, y su decoración escultórica, aún más espléndida, hizo que fuera incluido entre las Siete Maravillas del mundo antiguo, junto con el mausoleo de Halicarnaso.
El Artemisium helenístico se alzaba sobre un crepi-doma o basamento escalonado de 2,68 m de altura, con un estilóbato de 55,1 x 115 m, tres veces mayor que el del Partenón. Un rasgo original del Artemisium es que no estaba orientado hacia el este, como era habitual, sino hacia el oeste, como el altar primitivo de Cibeles-Artemisa, que se conservó en el centro de la celia, rodeado por el naiskos. Era un templo díptero, es decir, rodeado por una columnata doble y cubierta, aunque el frente tenía tres filas de columnas. Estas, 111 en total, tenían una altura de 17,65 m, y las del frente estaban decoradas con relieves, las columnas caelaíea, uno de cuyos escultores pudo ser Scopas. Estos relieves probablemente estaban en los tambores inferiores de las columnas de la fachada oeste.
LA CIUDAD
La entrada principal del recinto arqueológico se encuentra un kilómetro más allá del Artemisium. Tras cruzar la puerta se encuentra a la izquierda el gimnasio de Vedio, erigido en 150 d.C. por un rico efesio llamado Publio Vedio Antonio, que lo dedicó a Artemisa y al emperador Antonino Pío. Era un complejo que incluía un gimnasio y unos baños públicos; poseía 16 salas de diferentes tamaños en el lado occidental del edificio, y al este un largo patio columnado, la palestra, donde los atletas realizaban sus ejercicios. El propileo de la palestra se encuentra en el lado sur. En el centro de su columnata occidental hay una gran sala que pudo estar reservada al emperador. Este es el mejor conservado de los ocho gimnasios con baños que se ha desenterrado en Efeso. Más allá del gimnasio se encuentra el estadio romano, erigido durante el reinado de Nerón (54-68d.C), y modificado en el siglo ni ó iv d.C. Las filas de asientos del lado sur del estadio fueron excavadas en la ladera del monte Pión, mientras que las del norte seasentaban sobre una estructura abovedada. El principal elemento que se conserva del estadio es la gran entrada cubierta por un arco y la parte adyacente de la fachada.A unos 250 m del estadio, a la derecha, encontramos un complejo de edificios considerados hasta hace pocos años como unas termas bizantinas. Recientemente el conjunto ha sido identificado como el palacio del procónsul de Asia, el gobernador de la provincia, y probablemente data del reinado de Diocleciano.Mas allá del palacio del procónsul, un camino lateral se dirige al oeste, hacia el antiguo puerto, que seencontraba a un kilómetro de distancia. Este camino conduce a un edificio alargado y estrecho (260 x 30 m), dividido por dos filas de columnas en tres naves, con exedras en forma de ábside en ambos extremos. Se cree que originalmente era una bolsa de cambio construida durante la primera mitad del siglo II d.C., cuando Efeso era el centro financiero de Asia Menor. A principios del siglo IV los cristianos de Efeso lo convirtieron en una iglesia consagrada a la Virgen María, que se erigió en la primera catedral de Efeso.
El área que se extiende al sur de la iglesia es un vasto campo de ruinas originalmente identificado con las termas de Constantino (337-361 d.C.). En la actualidad se ha descartado esa posibilidad, ya que se trata de un gimnasio con baños construido durante el reinado de Adriano por Claudio Verulano, sumo sacerdote de Asia. De hecho, estos baños eran sólo una de las estructuras de un gran complejo de edificios públicos. Este edificio laberíntico cubría una superficie de 500 x 300 m y comprendía, además de los baños, el gimnasio del puerto y una enorme palestra llamada Pórtico Verulano, que por sí sola cubre un área de 200 x 200 m a cada lado, convirtiéndose en el edificio público más grande de la ciudad. Al sur del complejo de los baños se. halla la Arcadiane, una impresionante y bien conservada avenida columnada que conduce desde el puerto antiguo al teatro, cubriendo una distancia de unos 600 m. Este paseo, recibe su nombre del emperador Arcadio (395-408 d.C.), durante cuyo reinado tomó su forma actual. Columnatas dobles flanqueaban pórticos cubiertos con suelos de mosaico a ambos lados; en sus dos extremos la avenida estaba rematada por puertas monumentales, y 100 faroles dispuestos en dos filas la iluminaban al caer el sol. En el extremo occidental de la Arcadiane, en la esquina noroeste junto al muro de la terraza del teatro, se encuentra una fuente helenística, con dos columnas jónicas que se abren a un patio. Al norte de la fuente, frente a los baños del puerto, se encuentra el gimnasio del teatro, que data del siglo n d.C. El punto de referencia de Efeso es el espléndido y bien restaurado teatro, con capacidad para 24.000 espectadores, el mayor de Asia Menor. Data de principios del período helenístico y fue ampliado y reconstruido en tiempos romanos. El auditorio en herradura forma un ángulo de 220°, con un diámetro de 150 m. La última grada se encuentra a 30 metros de altura
sobre la orquesta, y su sección media todavía está cubierta por una arcada. Originalmente los actores del teatro griego actuaban a lo largo del coro, en la orquesta. Posteriormente, en el período helenístico, comenzaron a actuar sobre un escenario o proscenio, que se erigía delante de la escena. El núcleo de la escena helenística todavía se conserva entre las ruinas del escenario romano. Esta estructura ornamentada tenía originalmente tres pisos. En la parte delantera estaba el amplio escenario, que se elevaba sobre el nivel de la orquesta apoyado en tres filas de columnas dóricas, cuyas basas todavía siguen en su lugar. El teatro de Efeso era también el centro del festival anual de verano que celebraba el nacimiento de Artemisa. Durante esta celebración la imagen sagrada de la diosa era llevada en procesión desde el Artemisium por toda la ciudad para volver de nuevo al templo.
Este teatro fue el escenario de la asamblea masiva de los efesios descrita en los Hechos de los Apóstoles, donde los plateros protestaron contra las actividades misioneras de San Pablo gritando: «Grande es la diosa Artemisa de los efesios.» Girando a la izquierda tras salir del teatro aparece la calle principal de la antigua Éfeso. Generalmente recibe el nombre de Vía de Mármol. La sección que se encuentra al sur del teatro fue pavimentada en mármol en el siglo v d.C. por un rico efesio llamado Eutropio, y constituía una calzada reservada a los vehículos de ruedas. Los peatones usaban las aceras elevadas que flanqueaban la avenida. Un breve paseo por la Vía de Mármol conduce al extremo oriental de la principal agora comercial, un vasto espacio cuadrado que se extiende hacia el oeste, rodeado por las basas de las columnas que en otro tiempo formaron la columnata que rodeaba el recinto, de unos 100 m por cada lado. Este agora, construida durante el período helenístico, era originalmente de orden jónico. La doble columnata dórica de dos pisos que forma el lado oriental fue erigida durante el reinado de Nerón, mientras que la puerta cercana a la esquina sureste, un portal triple, está fechada por una inscripción en el año 4-3 a.C. En la esquina suroeste del agora se ve un gran cuadrado que fue en otros tiempos el témenos del templo de Serapis, un dios egipcio. Una inscripción recuerda que también estuvo dedicado al emperador Caracalla. Se cree que este templo fue erigido durante la segunda mitad del siglo u d.C. por los mercaderes egipcios afincados en Éfeso. A principios del período bizantino fue convertido en una iglesia, cuyo baptisterio se ve en el extremo este del edificio. Más allá del templo de Serapis, al final de la Vía de Mármol a la derecha, se encuentra la biblioteca de Celso, una curiosa estructura corintia espléndidamente restaurada. Las inscripciones griegas y latinas declaran que fue fundada en el año 110 d.C. por Cayo Julio Áquila como monumento funerario para su padre, Cayo Celso Polemeno, que había sido senador romano y procónsul de Asia. Se alza en el extremo occidental de un patio de mármol, y se llega a su puerta principal tras ascender un tramo de nueve escalones, en tiempos antiguos flanqueados por estatuas de Celso. La impresionante fachada reconstruida tiene cuatro pares de columnas que soportan las vigas en cada uno de sus dos pisos. Las tres puertas están flanqueadas por cuatro nichos que contienen representaciones de las virtudes de Celso; en la actualidad los originales han sido reemplazados por copias. En el interior de la biblioteca había dos altas cámaras con una galería de dos niveles que contenía los nichos rectangulares en los que se almacenaban unos 12.000 libros.
Probablemente había una estatua de Atenea en el nicho semicircular del piso principal que se encuentra frente a la puerta central. La Vía de Mármol termina en un cruce, poco después de pasar el agora y la biblioteca. De allí sale otra calle, llamada Émbolos o Vía Columnada, que sigue el valle que separa los montes Pión y Coressos. El Émbolos, la principal vía de Efeso, estaba flanqueada por galerías de comercios, fuentes monumentales, estatuas honoríficas y un templo imperial. (El Émbolos también recibe el nombre de calle de Curetes, nombre de una orden de sacerdotes efesios.) En el extremo inferior del Émbolos, frente al antepatio de la biblioteca y al lado izquierdo de la avenida, se hallaba una de las galerías columnadas. En el extremo más lejano de esta, antes de la primera calle a la izquierda, estaban las letrinas públicas, al parecer muy cercanas a un burdel. Este es uno de los ejemplos mejor conservados de unas letrinas romanas. Muchos de los retretes siguen intactos, junto con el canal por el que fluía el agua con la que se lavaban los clientes. El grupo de edificios que se ve al otro lado de la calle son las termas de Escolástica, las mayores de Efeso. Estas fueron generosamente reconstruidas en el siglo iv d.C. por una mujer cristiana llamada Escolástica. Las termas se encuentran detrás del edificio más bello de Efeso, el pequeño templo de Adriano, de orden corintio, cuyo pronaos reconstruido se abre directamente al Émbolos. La fachada del templo consiste en dos pares de columnas que enmarcan la entrada arqueada al pronaos. El arquitrabe está decorado con un interesante relieve en el cual la figura central, que forma la clave del arco, es un busto de Tike, la diosa de la fortuna y protectora de la ciudad. Este es uno de los ejemplos más antiguos de arco soportado por columnas, y no por machones, una mezcla de formas arquitectónicas griegas y romanas que desemboca directamente en la arquitectura románica. La inscripción que se ve sobre el arquitrabe revela que el templo fue construido por un efesio llamado P.Quintilio en honor del emperador Adriano.
El Templo de Adriano
restaurado durante el siglo iv d.C., y le fue añadido un relieve figurativo en la parte superior de las paredes del pronaos, junto con la luneta opuesta a la entrada, que representa a una joven desnuda que surge de una voluta foliada. Las figuras del relieve, copias de los originales del Museo Arqueológico de Selcuk, también datan del siglo iv d.C., y fueron tomadas posiblemente de algún otro edificio de Éfeso. Las escenas del relieve describen el mito de la fundación de la ciudad por el príncipe Androclo, hijo del rey Codros de Atenas. En las laderas del monte Coressos, frente al templo de Adriano, se hallan las últimas excavaciones realizadas en Éfeso. En ellas se ha desenterrado un barrio residencial de la ciudad romana tardía. Sus habitantes debieron ser muy prósperos; las casas más suntuosas están formadas por multitud de habitaciones construidas alrededor del un patio peristilo; algunas de las villas conservan los suelos de mármol y mosaico, y grandes áreas de los muros están decoradas con frescos. Poco más allá del templo de Adriano, una calle lateral a la izquierda conduce desde el Émbolos a la entrada superior del teatro. Después de esta intersección se puede ver el ninfeo de Trajano, recientemente restaurado. Una inscripción declara que la fuente fue construida en 102-104 d.C. por T. Claudio Aristion, que la dedicó al emperador Trajano (98-117 d.C.). La fuente contenía una estatua monumental de Trajano, rodeada de estatuas de otros emperadores, dioses y héroes.
El Émbolos continúa ascendiendo ladera arriba hasta la puerta de Hércules, que señalaba el fin de la avenida para vehículos; el resto del recorrido era sólo para peatones. La puerta recibe su nombre de las dos figuras en relieve que decoran la cara occidental de sus pilares, que representan a Hércules vistiendo la piel del león de Nemea, muerto por el héroe en uno de sus doce trabajos. Estos pilares datan del siglo II d.C.; originalmente estaban en algún otro lugar de la ciudad, y fueron erigidos aquí en el siglo iv ó v de nuestra era. En el extremo superior de la calle de Cúreles, al lado izquierdo, se conservan los restos de dos monumentos menores adornados con interesantes relieves. El primero de ellos es una fuente semicircular,
el Hidreion, y el segundo es un arco de triunfo conocido como monumento a Memmio. El último ha sido identificado como un monumento funerario dedicado a Cayo Memmio, cuyo abuelo, el general romano Sila, arrebató Éfeso en el año 86 a.C. a los ejércitos de Mitrídates del Ponto. Directamente encima de estos monumentos aparece la esquina noroeste del agora del estado, desde la cual se ramifican diferentes calles a lo largo de los lados oeste y norte de la plaza. Siguiendo la acera izquierda de la calle hacia el oeste, se ve a poca distancia un llamativo monumento enmarcado en un arco romano reconstruido. Se trata de la fuente de Pollio, erigida durante el reinado de Augusto por C. Sextilio Pollio, que construyó en la misma época un acueducto. A continuación de la fuente de Pollio, en el lado opuesto de la calle, se encuentra la esquina noreste , del gran témenos del templo de Domicíano. Apenas queda nada del templo, que era relativamente pequeño en comparación con la colosal efigie del emperador. Cuando este fue asesinado en el año 96 d.C, la estatua fue derribada por la muchedumbre. Todavía quedan fragmentos de la misma en el lugar. La cabeza y el brazo gigantescos están expuestos en el Museo de ízmir. La terraza que soportaba el templo poseía una fachada muy elaborada, de la cual han sido reconstruidos recientemente dos machones y el entablamento, junto con un par de columnas decoradas con relieves que representan a figuras togadas. En el extremo oriental del recinto del templo hay un pasaje abovedado llamado galería de las Inscripciones; en esta se exponen algunas de las más de 2.000 inscripciones descubiertas en Éfeso, las más antiguas de las cuales se remontan al siglo vil a.C. La calle que corre a lo largo del lado norte del agora del estado recibía el nombre de Clivus Sacer, o Vía Sagrada, por la procesión que la recorría durante la festividad anual de Artemisa. La calle también era considerada sagrada porque conducía al templo de Hestia Boulea, diosa de la tierra; este se encontraba dentro del pritaneo, o sede de los magistrados, cuyas ruinas se hallan a la izquierda de la Clivus Sacer, cerca de su comienzo. El altar de Hestia está en una pequeña sala, detrás del salón principal del pritaneo, y contenía la llama sagrada de la tribu jonia, originalmente conservada en el altar de esta diosa en Atenas, y que se mantuvo encendida mientras su culto estuvo vivo en Éfeso.
A continuación del pritaneo se ven las ruinas de alguñas casas protobizantinas que cubren el emplazamiento original de un pequeño templo romano. Fue construido en el año 27 a.C. por Augusto, que lo dedicó a la ciudad de Roma y a Julio César, su padre adoptivo. Detrás del templo, en el mismo lado de la calle, se alza un odeum con capacidad para 400 personas; aparentemente hacía las veces de bouleuterion, o consejo de la ciudad, aunque puede haber sido utilizado como teatro para interpretaciones musicales y ceremonias. El lado de la calle opuesto al bouleuterion estaba formado por una stoa, que se extendía a lo largo del lado norte del agora del estado. La sección central de esta stoa es de forma basilical; y sus naves laterales están definidas por columnas con capiteles dóricos y jónicos alternados. Las columnas jónicas pertenecen a IE construcción original, de época de Augusto, mientras que las corintias fueron añadidas posteriormente, en la era imperial. La basílica se usaba probablemente para juicios y otros asuntos municipales.Frente al bouleuterion están las ruinas de una fuente monumental construida en el siglo u d.C. y restaurada dos siglos después. Esta fuente y los grandes, baños particulares del lado noreste del agora recibían el agua del acueducto de Mamas, construido durante la década 4-14 d.C. Todavía puede verse una impresionante sección de este acueducto cruzando un valle 5 km al este de Efeso, en la carretera de Aydín. Tras pasar el agora del estado, aparece la puerta de Magnesia así llamada porque conducía a la carretera de Magnesia ad Sipylum. Junto a la puerta, a su izquierda, están los restos del gimnasio del este, cuyos baños usaban los que volvían a Efeso de sus viajes por Asia Menor.
"El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho. "
- José Ortega y Gasset