Prehistoria
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Arte de la prehistoria
Establecer el momento crucial en que aparece el arte es una tarea compleja y de difícil concreción. Para unos, el arte nace en el mismo instante histórico en que el ser humano es capaz de construir una casa o realizar pinturas o esculturas. En este sentido, como afirma eI profesor Ernest Gombrich, “no existe, realmente, Arte. Tan sólo hay artistas”, pues, éstos eran “hombres que cogían tierra coloreada y dibujaban toscamente las formas de un bisonte sobre las paredes de una cueva”, mientras que ahora “compran sus colores y trazan carteles para las estaciones del metro”.
El arte prehistórico nace y se desarrolla con la caza. Desaparece en cuanto ella deja de ser el recurso principal: es un arte “animalista”. La última glaciación de Würm pesó mucho en aquel viejo mundo del XV al X milenios. Los grandes glaciares del Artico se desbordan, en su parte sur hacia las extensas llanuras de Eurasia. Estas llanuras quedan enmuralladas, asimismo, por la vertiente norte de los glaciares montañosos que se extienden desde las cadenas asiáticas hasta los Alpes. Será una gran suerte natural para Eurasia este paso siempre libre, desde el Baikal hasta el Atlántico,
entre las masas glaciares que se extienden al Norte y al Sur. En esta inmensa faja pululan numerosas especies animales: algunas presentes en todas partes, como el caballo o la cabra montés; otras con un valor ecológico, más concreto, como el gran oso de las cavernas asociado al hombre de Neandertal, y más tardíamente el mamut y el rinoceronte lanudo, flanqueados por manadas de bisontes y renos. Estos animales constituirán los temas favoritos de los artistas cazadores. En las grutas-santuario del norte de los Pirineos, el caballo está representado 727 veces, es decir, el 35 % de toda la fauna allí dibujada. El bisonte da igual porcentaje; el mamut, el 12 % y la cabra montés, el 8 %. El reno, animal culinario por excelencia, que abunda muchas veces entre los restos de cocina, aparece raras veces grabado o dibujado. El abate Breuil lo explicaba humorísticamente: una especie abundante, gregaria, fácil de cazar, y por tanto respecto a la que no había que recurrir a la magia para conseguirla. Con ello, se llega a las razones profundas de este arte.
Orígenes de la pintura
Hablar de los orígenes de la pintura supone hablar del porqué del arte, de cómo se origina. Parece ser, pues, que ha de buscarse en el momento en que nuestros antepasados empezaron a concebir sus objetos o su vida con una intención más allá de la funcionalidad. Desde el descubrirruento de las primeras muestras de este arte en Altamira hasta la actualidad, se han realizado numerosos descubrimientos que han ayudado a con6gurar un cierto esquema histórico y artístico para el estudio de esta pintura, cierto, pero también para enfatizar su relatividad. Fundamentalmente, en el momento de estudiar este tema, se suele reducir al ámbito europeo (prácticamente, todo el continente) y mediterráneo, a pesar de existir otras zonas tan interesantes, como el caso de las pinturas halladas en Argelia, en Tassilin-Azyer. No obstante, suele ser el arte reunido en la zona de la cuenca cantábrica y del sur de Francia la que más ha atraído la atención de arqueólogos e historiadores. Es difícil establecer una cronología para un abanico temporal tan amplio. Más que los habituales Paleolítico, Mesolítico y Neolítico, en el campo de la Historia -o “Prehistoria” – del Arte se suele hablar de térrninos como auriñaciense y magdalaniense, fijados por el abate fancés H. Breuil. Con ellos se refería a dos de las grandes zonas y épocas del período paleolítico (a lo que habría que añadir el término de arte esquemático levantino, ya en época neolítica, como se puede ver en la Cueva de la Cocina, en Valencia). Así pues, las primeras pinturas aparecen en el Paleolítico superior tardío, hace unos 25.000 años, sobre todo en Francia, en España y en los Urales.
Los primeros poblamientos
En los sitios donde existía una abundante provisión de agua y un suelo fértil se obtenían excedentes productivos y la población aumentaba y se formaban aldeas. Vestigios de los más antiguos asentamientos con estas características se han encontrado en las fértiles llanuras aledañas a los ríos Eufrates y Tigris y en los márgenes del Nilo. Los rastros más antiguos se encuentran, justamente, al norte de la Mesopotamia. La densidad de la población mundial estimada antes de la Revolución agrícola no supera los diez millones de habitantes, elevándose el número, con el advenimiento del sedentarismo, a alrededor de trescientos millones, hace cuatro mil años. El hombre depredador que antes había consumido la totalidad de los alimentos que encontraba, convertido en agricultor logra producciones que le permiten la posibilidad de acumular excedentes. Se encuentra entonces ante la necesidad de crear medios para la conservación no sólo del almacenaje de alimento como previsión sino también de algunos granos escogidos para la futura siembra.
Además de la fabricación de recipientes, primero de fibras vegetales y, una vez descubierta la alfarería, de barro, el volumen de su patrimonio se elevó ostensiblemente, obligándolo a construir sitios especiales, cubiertos de paja o estera, para la protección de sus productos y su propio refugio. Las primitivas construcciones habitacionales estaban compuestas por pequeñas chozas de barro secado al sol, cañas, leños o piedras. Asimismo, podemos hablar en principio de dos modelos de territorialidad fundamentales. Uno de ellos es el modo circular, característico de sociedades de costumbres aún con características nómadas, compuestas por grupos que no tienen asentamientos prolongados sino estacionarios, y cuyos movimientos estarían coaccionados justamente por la estacionalidad de recursos. Otro modelo es el radial, en el cual se desarrolla un centro base donde se realiza la mayor parte de las actividades humanas, sobre todo el descanso, y alrededor del cual se establecen otros asentamientos satélites generados a través de la explotación de recursos delimitados.
( continuara..)
"No conozco la clave del éxito, pero se que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo"
- Woody Allen